¿Es posible determinar si es más inteligente un científico famoso, un orador de talla mundial o un deportista de primer nivel? La teoría dice que sí, que la forma de determinar la inteligencia de las personas es mediante un test de CI o de coeficiente intelectual. Dicho test arrojará un puntaje por cada evaluado y quien alcance la mayor nota, será el más inteligente.
El pensamiento crítico nos autoriza cuestionar la existencia de una única inteligencia, en ese sentido, ponemos nuestras cartas sobre la mesa y los invitamos a hacer uso de su capacidad analítica, a fin de que aperturen su mente para escuchar esta propuesta.
En las próximas líneas se argumentará una teoría relacionada a las estructuras de la mente: la teoría de las múltiples inteligencias, el cual sostiene que no es correcto medir con los mismos parámetros a personas con diferentes cualidades, porque es ventajoso para unos y perjudicial para otros. Para ser justos, esta teoría no es nueva, sino que, con algunas modificaciones, ha recuperado vigencia y el derecho de ser evaluada nuevamente. Está claro que, dada la ambición de esta propuesta, encontrará detractores e intentos por derrumbarla, pues su triunfo significaría reformular el proceso de cognición humana.
Haga un recorrido mental, viaje al pasado, piense en los cazadores primitivos, en los jefes de aldeas, en los músicos, en los arquitectos de fortalezas, en los líderes políticos, en los científicos, en fin, la lista es interminable. Cada uno con características muchas veces únicas, pero a la vez con limitaciones serias como incapacidad para expresarse verbal o físicamente. Estas limitaciones nunca fueron pretexto para dejar de resolver problemas ni para innovar cuando había que hacerlo, y esta descripción es, precisamente, el concepto de la inteligencia humana: en resumen, la capacidad para resolver problemas y crear nuevos productos.
Es claro que no podemos confundir ciertas habilidades con inteligencia, por ello debemos establecer algunos criterios para aceptar algo como inteligencia. Dichos criterios se manifiestan en: (a) la presencia de niños especiales, promedios y niños prodigios o excepcionales, nos revelan niveles de desempeño en determinados campos; en un extremo, las capacidades están totalmente aisladas y en otro, se muestran espléndidas. Entonces, la ausencia de una capacidad, demuestra, mediante la negación, de que al otro extremo existe una gran capacidad; (b) ante determinada información de entrada, algunos cuerpos se activan o disparan de modo natural. Por ejemplo, la sensibilidad que sienten algunas personas sintiendo la música, es inteligencia musical; (c) la inteligencia -como todo- ha evolucionado, los períodos de aprendizaje han sido vitales, y las mutaciones han otorgado ventajas en cuanto a adaptabilidad; (d) apoyo de hallazgos psicométricos, los experimentos psicológicos (lógicos, lingüísticos, espaciales, personales, etc.) brindan pruebas irrefutables de que se destacan más en algunas capacidades; (e) susceptibilidad a la codificación de sistemas simbólicos (lenguaje, pinturas, matemáticas, etc.), es la facilidad con la que se adaptan a estos sistemas que representan información precisa y puntual.
Este ensayo rechaza rotundamente la concepción tradicional de inteligencia única medida mediante el test de CI. Antes de exponer con fuerza nuestros argumentos, recordemos brevemente los antecedentes de la inteligencia en fases secuenciales: (a) Teorías legas, cuando no existía definición científica de la inteligencia, se calificaba a las personas como “brillantes”, “tontos” y hasta “sagaces”, un ejemplo es Thomas Alva Edison, quien fue llamado sagaz, nunca inteligente; (b) Enfoque psicométrico común, desde hace un siglo atrás se abordaron con fuerza múltiples intentos por medir la inteligencia, es así que nace el famoso test de CI, el mismo que adquiere demasiado protagonismo; (c) Pluralización y jerarquización, donde surgen psicólogos especializados en estudios de la inteligencia (Charles Spearman y Lewis Terman), los cuales sostienen que la inteligencia era la medida de la capacidad general.
En una segunda etapa, nuevos psicólogos (L. L. Thurstone y J. P. Gilford) contradicen la inteligencia general, afirman que la inteligencia es la manifestación desarrollada de un único factor en cada persona, si no tienes esa capacidad, no eres inteligente. Con el paso de los años se añadieron dos nuevas tendencias: (d) Contextualización, donde se sostiene que existe una fuerte interacción entre la inteligencia y el contexto donde se vive. (e) Distribución, la cual defiende la relación de aprovechamiento que se establece entre la persona y las cosas para repotenciarse; es decir, la inteligencia es mejor aprovechada cuando la persona se apoya de artefactos para potenciar sus capacidades. Por ejemplo una computadora, cuadernos, red de contactos; en suma, el valor de las herramientas que se aprovechan.
Retomando la teoría de las inteligencias múltiples: las objeciones no se hicieron esperar, los detractores sostenían que si bien es cierto las personas poseen diferentes capacidades y talentos, no debe llamarse a esto inteligencia, pues el término inteligencia debe reservarse para capacidades más generales. El hecho es que al formar la definición de inteligencia, sólo la vinculan a capacidades relacionadas con la lógica o las matemáticas, lo cual es inexacto, porque están ignorando la inteligencia de los grandes músicos, de los jugadores de ajedrez, de los grandes líderes, de los atletas, etc.
A continuación describimos las inteligencias múltiples:
· Inteligencia lingüística, entiéndase como el grado superlativo de sensibilidad que poseen algunas personas (poetas, escritores, etc.) para plasmar con gran intensidad las emociones y figuras de lo que se quiere transmitir.
· Inteligencia musical, de todos los dones, éste es el que surge a más temprana edad. Según los conocedores, quienes poseen esta inteligencia, están todo el tiempo combinando tonos musicales en su cabeza, una capacidad que no todos poseen.
· Inteligencia lógico matemática, esta forma de inteligencia consiste en una confrontación con los objetos, en el ordenamiento y evaluación de cantidades. Las matemáticas despiertan tales pasiones que muchos no se imaginan vivir sin ella, como decía Bertrand Russell:
Me inicié con Euclides, con mi hermano como tutor, a, la edad de once años. Fue uno de los grandes acontecimientos de mi vida, tan deslumbrante como el primer amor. Yo no había imaginado que hubiera nada tan delicioso en el mundo... Desde ese momento hasta que... cumplí los 38 años, fue mi principal interés y mi principal fuente de felicidad... Las matemáticas no son humanas y no tienen nada que ver con este planeta ni con todo el universo accidental, puesto que, como el Dios de Spinoza, no nos devolverá el amor.
· Inteligencia espacial, consiste en la capacidad para resolver problemas que presentan relaciones entre formas o bien representadas gráficamente o explicadas verbalmente. Muchas veces los problemas involucran entender y construir representaciones mentales, para luego recién proponer una solución.
· Inteligencia cinestésico corporal, la característica principal es la habilidad que poseen para utilizar su cuerpo, ya sea con propósitos expresivos o para cumplir objetivos. En este tipo de inteligencia están los actores, danzantes, atletas, etc.
· Las inteligencias personales, consiste en el conocimiento primero de sí mismo, y luego de los demás, como la ruta correcta para lograr el entendimiento personal, de los problemas y sentimientos de los demás, para finalmente lograr los objetivos personales
En cada una de estas capacidades, el pensamiento crítico juega un rol vital: antes de escribir, el escritor decide qué poner y qué no, basado en los juicios de su razón; el músico combina las melodías, pero prefiere una combinación según sus parámetros; el matemático, siguiendo los planteamientos adecuados, concluye en teoremas; el actor va puliendo su arte, con la práctica y un análisis concienzudo de su desempeño.
Continuemos. Si confrontamos a grandes músicos y expertos en lógica y matemáticas en un test de CI, es evidente quién saldrá airoso, pero si el examen refiriera a temas vinculados a música, también sabemos quién sacará mayor puntaje. ¿No se supone que una persona inteligente puede rendir más que un músico? Entonces ¿Hay una medida única que nos pueda responder esta incógnita? Pues no la hay, dado que cada capacidad se mide de manera particular, lo que equivale a decir que cada inteligencia se mide de con diferentes parámetros. ¿Podemos negar por ejemplo, la inteligencia de una niña que a los 15 años ya domina la computadora y puede crear complejas obras de arte con ayuda de un sintetizador? Se hace evidente entonces que los métodos de determinar la inteligencia no se han pulido lo suficiente, aún falta trabajar mucho en esa dirección, y de hecho se está trabajando e invirtiendo en investigación; muchos están volteando sus miradas hacia la teoría de las múltiples inteligencias y están dando ya el beneficio de la duda.
Si bien es cierto, se sostiene que hay inteligencias humanas relativamente autónomas, también es cierto que hasta ahora no se ha podido determinar la cantidad exacta ni la naturaleza y el alcance de cada una. Sin embargo, es posible detectar, cuando aún son infantes, el perfil intelectual; una vez descubiertas estas inclinaciones, se podría canalizar su educación hacia programas que le permitan desarrollar dichas capacidades en busca de un verdadero provecho.
Es así que se rechaza rotundamente el hecho de que se intente medir la inteligencia humana mediante preguntas que miden velocidad de respuesta y chispazos de breve razonamiento, como lo hace el test de CI. Sólo si reformulamos el viejo concepto de inteligencia, sólo de esa manera, estaremos en condiciones de elaborar medidas más apropiadas de la inteligencia. Y eso, sólo es cuestión de tiempo.
