A la disyuntiva de cuáles son las características que distinguen a los mejores líderes se suma el dilema de aquellos seguidores que cogen protagonismo y autoridad para opinar, con lo cual, para bien o mal, influencian en la decisión del líder. Este escenario es una realidad que no se puede negar y siempre se ha dado: los líderes, carismáticos o no (aunque los carismáticos son más susceptibles de convencer), muchas veces han anunciado sus decisiones luego de ser influenciados por una segunda o tercera opinión.
El problema radica cuando el producto de las decisiones acarrea consecuencias inesperadas y desagradables, debido a que los seguidores muchas veces quieren mostrar que no hay problema donde realmente los hay, e inclusive lo hacen de buena intención, y asolapan algo que debería ser manifestado tal cual está ocurriendo, con lo cual evitan que se adopten las medidas necesarias para apagar prematuramente los incendios. No es inválido que los líderes acepten asesorías de sus seguidores, sin embargo lo recomendable es fijar límites a dichas opiniones y revisar minuciosamente las recomendaciones sugeridas.
Los seguidores tóxicos sobre todo influencian a aquellos líderes que poco o nada comunican, cuyos valores no están muy cimentados y adolecen de positivismo. Estos aspectos a menudo son consecuencia de la cultura bajo la cual se desarrollaron, porque se desenvolvieron en sociedades que poco o nada de costumbre tienen de hacer reflexión. Esta flojera mental ha sido muy bien bautizada como avaricia cognitiva, y cuyas principales armas son el conformismo y el acomodamiento para ceder rápido ante la presión de la masa, para evitar la controversia, el choque de ideas, prefiriendo aceptar equivocadamente que si es opinión mayoritaria debe ser cierta, lo cual es una errónea deducción porque la mayoría puede equivocarse de modo imperdonable.
No está demás mencionar que en ciertas ocasiones, le conviene al líder acatar la opinión de la mayoría, con lo cual demuestra que hace respetar la opinión de sus seguidores y que trabaja para las masas, sin embargo, esto podría ser parte de una estrategia preconcebida, con la intención de ganarse los favores disimuladamente. La otra figura que puede darse es lo opuesto, hacer caso omiso a la mayoría y tomar en cuenta el consejo solitario, esta es una capacidad de líderes que han aprendido a no ceder ante la presión y muestran seguridad en la toma de decisiones, representando un buen indicador de liderazgo, pues reflejan que saben guiar a sus seguidores no a donde quieren ir, sino a donde más les conviene ir.
Un aspecto a tomar muy en cuenta es el referido a la adulación de los líderes por parte de sus seguidores, quienes logran manipular de esta manera las decisiones que ellos tomen, sobretodo quienes no pueden resistirse a este tipo de trato son los líderes narcisistas, quienes deben tener doble cuidado en no sólo atender las noticias positivas y de buenas vibras, sino aquellas que comunican asuntos negativos. La pregunta de rigor es: ¿Cómo protegerse de los malos consejeros? Para lograrlo es muy importante elegir seguidores que posean sólidos valores éticos y además anteponer la moral y los buenos principios antes que la inteligencia y la energía que pudieran demostrar los seguidores.
Para ahondar más en el tema de los líderes narcisistas, es necesario entender que inclusive la mentalidad y la personalidad de los líderes ha cambiado, si bien antes se desconocía quién estaba detrás de una gran corporación, ahora los líderes hacen esforzados intentos por salir al frente ante las mínimas oportunidades que se presenten, lo que muchos han llamado liderazgo carismático, visionario. Y es que la ocasión amerita, ahora los negocios y las marcas forman parte de la vida de las personas.
Es importante distinguir entre el liderazgo narcisista productivo y el improductivo. Entre los representantes del narcisismo productivo destacan Jack Welch y George Soros, grandes estrategas, de mucha creatividad, personajes que brillaban con luz propia, siempre listos a aparecer en escena para dar las primicias, ávidos personajes dispuestos a romper los paradigmas y traer innovaciones que mejoren la vida de las personas. Del otro lado estaban los líderes improductivos, soñadores irrealistas, ilusionistas de mentiras, paranoicos, lo cual acarreaba la gran preocupación de no permitir que alguno de estos líderes expulse por la borda el éxito de la empresa.
Es, en esta variopinta muestra de líderes, que Freud vio la necesidad de clasificarlos, obteniendo cuatro demarcados tipos de personalidades, siendo ellos (a) erótico, que son aquellos líderes que dan mayor peso al amor, al acto de amar y ser amado, no soportan ser rechazados, se esmeran por crear espacios de trabajo armoniosos y sin conflictos (b) obsesivos, son ordenados, meticulosos y líderes eficaces, refuerzan su preparación con libros de autoayuda y están en la búsqueda interminable del mejoramiento continuo, (c) narcisista, son independientes e innovadores, siempre están en busca de la idea que genere alta rentabilidad y grandes resultados, buscan ganarse la preferencia y admiración de cuanto seguidor sea posible, contrariamente, no les interesa ser amados, buscan la receta para dejar un legado imperecedero (d) de venta, aquellos que buscan ser valorados, terminan convirtiéndose en aquello que los rodea, destacan por venderse a sí mismos.
domingo, 19 de junio de 2016
domingo, 12 de junio de 2016
Mexico entre la crisis y la competitividad
Entre los grandes problemas que afronta México están la inseguridad y el crimen organizado. Los asesinatos, fruto de la inseguridad, alcanzan inclusive a las autoridades que quieren hacer justicia. Otro de los grandes problemas que afronta es la crisis económica en la que se encuentra sumergido, la cual se agravó con la crisis en Estados Unidos.
Si señalamos cuáles son las causas, recordaremos que se inició con la crisis financiera mundial, la cual generó la caída de las importaciones estadounidenses, en el turismo y en las remesas de los emigrantes mexicanos. Como segunda causa importante está el ingreso de China a la Organización Mundial de Comercio (OMC), quien terminó relegando a México, quien en su momento llegó a ser el socio comercial más grande de EEUU. Cómo no mencionar a la reciente caída de ingresos por venta de petróleo.
Otra de las causas que colaboraron con este desorden es el virus H1N1 y, hay que decirlo con todas sus letras, el crimen organizado. Y mencionar nuevamente la caída severa en la historia de la producción de petróleo. China y Canadá desplazaron a México al tercer lugar como socio comercial más grande de EEUU e hizo que disminuyeran sus exportaciones.
La recesión de Estados Unidos ocasionó que se reduzcan las importaciones de productos mexicanos; adicionalmente, el ingreso de China, como participante en la Organización Mundial de Comercio, con sus productos baratos hizo temblar los productos de otras nacionalidades. No está de más mencionar que, además, la corrupción en el gobierno y la reducción de la producción de petróleo debido a malos manejos en la empresa nacional de petróleo ya que no tenían una reinversión adecuada, influyeron en la crisis de México.
Sin embargo, no todo es desastroso, México goza de algunas características que le hacen entender que la recuperación sólo es cuestión de tiempo. Iniciemos mencionando el tamaño de la Fuerza laboral de México, la cual tiene una edad promedio de 22 años, permitiendo disponer de una gran cantidad de capital de trabajo.
Otra de las características resaltantes es su posición geográfica, a diferencia de otros países (China, Japón o Malasia) que tardan de 15 a 23 días más para abastecer el mercado de Norteamérica. Gracias a su posición geográfica, México ha firmado una serie de tratados comerciales, las cuales incluyen Tratados de Libre Comercio con los principales mercados del mundo: EE.UU. y la Unión Europea, así como con diversos países de América Latina y Asia. Los tratados permiten, de manera preferencial, la exportación de gran cantidad de productos fabricados, ventaja que no poseen los demás países que tienen un número limitado de convenios comerciales.
México también posee una amplia gama de recursos naturales, que China no tiene, tales como petróleo, tierras de cultivo, los cuales facilitan que se puedan producir diversas mercancías para su exportación, de esta manera tenemos que México exporta frutas, verduras, químicos, farmacéuticos, piel, materiales para la construcción, etc.
La globalización y la entrada de países como China a la Organización Mundial de Comercio (OMC) ha traído mucha competencia y desafío, quienes, para mantenerse deben implementar esquemas de organización más eficientes: dinamizar el sector exportador al aprovechar los distintos tratados de libre comercio que actualmente mantiene con diferentes países. Para lograr esto, es necesario efectuar las reformas estructurales que la planta productiva nacional requiere, a fin de brindar a las empresas mexicanas el escenario adecuado para competir y ganar.
México debe continuar con reformas en distintas áreas, como desvincular la política de las empresas productivas. Esto puede hacer que se aprovechen mejor los recursos y que haya reinversión. Deben hacerse también reformas laborales, ya que al ser demasiado proteccionistas con los trabajadores no permite que las empresas sean más competitivas, y se deben eliminar los incentivos que lleven a los trabajadores a seguir siendo informales. Adicionalmente, la cercanía a Estados Unidos reduce costos logísticos en cuanto a la exportación de productos. Además pueden aprovechar otros mercados, y seguir exportando no solo recursos naturales sino también productos de alta tecnología. México debe fortalecer aquellos productos en los que ha logrado ventaja competitiva sobre China, aquéllos en que el país asiático no puede producir.
México debería invertir en mejorar la diversificación de su producción y buscar otros países a donde exportar que no sea sólo Estados Unidos. Además debe fortalecer su mercado interno, invertir en infraestructura para el crecimiento de su productividad y luchar contra el crimen y la corrupción. Se sustenta entonces que México debe reorientar sus exportaciones a otros países, que les permita explotar nuevos mercados y ampliar sus posibilidades. Para esto debe ser más competitivo y capaz de producir bienes y servicios con la calidad que un mercado global exige. Todo esto puede funcionar, a la vez, como un plan de contingencia ante eventualidades como las acaecidas durante la crisis de los Estados Unidos.
Ahora, trasladándonos al ámbito interno de México, entre las medidas a adoptar estaría alterar las leyes con la finalidad de facilitar el régimen laboral que entorpece la actividad empresarial, proteger a las empresas para que puedan invertir con seguridad y libertad, sin monopolios. Invertir en educación, para desarrollar recursos humanos de calidad, los cuales nos permitan reducir las brechas existentes en el plano salarial, y por consiguiente, reducción de la pobreza. En cuanto a la elección de sus autoridades, debe buscar perfiles que se preocupen por el pueblo, que trabajen exhaustivamente por el bienestar de la mayoría, y no en beneficio propio, con lo cual los ciudadanos podrán gozar de empleo y calidad de vida digna. Todas estas medidas deben ir fuertemente acompañadas de un plan para combatir la violencia, la cual hace mucho tiempo atrás tuvo que haber sido prioridad del gobierno.
Si señalamos cuáles son las causas, recordaremos que se inició con la crisis financiera mundial, la cual generó la caída de las importaciones estadounidenses, en el turismo y en las remesas de los emigrantes mexicanos. Como segunda causa importante está el ingreso de China a la Organización Mundial de Comercio (OMC), quien terminó relegando a México, quien en su momento llegó a ser el socio comercial más grande de EEUU. Cómo no mencionar a la reciente caída de ingresos por venta de petróleo.
Otra de las causas que colaboraron con este desorden es el virus H1N1 y, hay que decirlo con todas sus letras, el crimen organizado. Y mencionar nuevamente la caída severa en la historia de la producción de petróleo. China y Canadá desplazaron a México al tercer lugar como socio comercial más grande de EEUU e hizo que disminuyeran sus exportaciones.
La recesión de Estados Unidos ocasionó que se reduzcan las importaciones de productos mexicanos; adicionalmente, el ingreso de China, como participante en la Organización Mundial de Comercio, con sus productos baratos hizo temblar los productos de otras nacionalidades. No está de más mencionar que, además, la corrupción en el gobierno y la reducción de la producción de petróleo debido a malos manejos en la empresa nacional de petróleo ya que no tenían una reinversión adecuada, influyeron en la crisis de México.
Sin embargo, no todo es desastroso, México goza de algunas características que le hacen entender que la recuperación sólo es cuestión de tiempo. Iniciemos mencionando el tamaño de la Fuerza laboral de México, la cual tiene una edad promedio de 22 años, permitiendo disponer de una gran cantidad de capital de trabajo.
Otra de las características resaltantes es su posición geográfica, a diferencia de otros países (China, Japón o Malasia) que tardan de 15 a 23 días más para abastecer el mercado de Norteamérica. Gracias a su posición geográfica, México ha firmado una serie de tratados comerciales, las cuales incluyen Tratados de Libre Comercio con los principales mercados del mundo: EE.UU. y la Unión Europea, así como con diversos países de América Latina y Asia. Los tratados permiten, de manera preferencial, la exportación de gran cantidad de productos fabricados, ventaja que no poseen los demás países que tienen un número limitado de convenios comerciales.
México también posee una amplia gama de recursos naturales, que China no tiene, tales como petróleo, tierras de cultivo, los cuales facilitan que se puedan producir diversas mercancías para su exportación, de esta manera tenemos que México exporta frutas, verduras, químicos, farmacéuticos, piel, materiales para la construcción, etc.
La globalización y la entrada de países como China a la Organización Mundial de Comercio (OMC) ha traído mucha competencia y desafío, quienes, para mantenerse deben implementar esquemas de organización más eficientes: dinamizar el sector exportador al aprovechar los distintos tratados de libre comercio que actualmente mantiene con diferentes países. Para lograr esto, es necesario efectuar las reformas estructurales que la planta productiva nacional requiere, a fin de brindar a las empresas mexicanas el escenario adecuado para competir y ganar.
México debe continuar con reformas en distintas áreas, como desvincular la política de las empresas productivas. Esto puede hacer que se aprovechen mejor los recursos y que haya reinversión. Deben hacerse también reformas laborales, ya que al ser demasiado proteccionistas con los trabajadores no permite que las empresas sean más competitivas, y se deben eliminar los incentivos que lleven a los trabajadores a seguir siendo informales. Adicionalmente, la cercanía a Estados Unidos reduce costos logísticos en cuanto a la exportación de productos. Además pueden aprovechar otros mercados, y seguir exportando no solo recursos naturales sino también productos de alta tecnología. México debe fortalecer aquellos productos en los que ha logrado ventaja competitiva sobre China, aquéllos en que el país asiático no puede producir.
México debería invertir en mejorar la diversificación de su producción y buscar otros países a donde exportar que no sea sólo Estados Unidos. Además debe fortalecer su mercado interno, invertir en infraestructura para el crecimiento de su productividad y luchar contra el crimen y la corrupción. Se sustenta entonces que México debe reorientar sus exportaciones a otros países, que les permita explotar nuevos mercados y ampliar sus posibilidades. Para esto debe ser más competitivo y capaz de producir bienes y servicios con la calidad que un mercado global exige. Todo esto puede funcionar, a la vez, como un plan de contingencia ante eventualidades como las acaecidas durante la crisis de los Estados Unidos.
Ahora, trasladándonos al ámbito interno de México, entre las medidas a adoptar estaría alterar las leyes con la finalidad de facilitar el régimen laboral que entorpece la actividad empresarial, proteger a las empresas para que puedan invertir con seguridad y libertad, sin monopolios. Invertir en educación, para desarrollar recursos humanos de calidad, los cuales nos permitan reducir las brechas existentes en el plano salarial, y por consiguiente, reducción de la pobreza. En cuanto a la elección de sus autoridades, debe buscar perfiles que se preocupen por el pueblo, que trabajen exhaustivamente por el bienestar de la mayoría, y no en beneficio propio, con lo cual los ciudadanos podrán gozar de empleo y calidad de vida digna. Todas estas medidas deben ir fuertemente acompañadas de un plan para combatir la violencia, la cual hace mucho tiempo atrás tuvo que haber sido prioridad del gobierno.
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