La FIFA no tiene el monopolio de color naranja y las personas están en libertad de vestir como quieren” ¿Estás de acuerdo?
De acuerdo, las personas tienen la libertad de vestir como mejor les plazca.
Sin embargo, esta premisa cambia cuando se trata de asistir a eventos organizados por instituciones que ya han establecido las condiciones del juego y en donde aparece la figura de los patrocinadores, quienes hacen grandes esfuerzos promocionales en términos de oportunidad de marketing en el evento deportivo. Es decir, invierten fuertes cantidades de dinero en la planeación de campañas promocionales, en donde se espera que el mensaje promocional alcance grandes volúmenes de espectadores, con lo cual la difusión y posicionamiento del producto es asegurado, igual que la eficacia de la publicidad.
Lo que no es justo entonces, es que ciertas empresas aprovechen que el evento ya está organizado para colgarse de dicha organización y lucir su marca, sabiendo que no deben hacerlo.
Si hacemos una comparación con una situación de la vida real, es como si se estuviese celebrando el cumpleaños de Juan y, de pronto otra persona, empieza a celebrarle el cumpleaños a su amigo Jaime, pidiendo que todos los asistentes se congreguen alrededor de él para cantarle y ser el centro de atención, sin pedir permiso y olvidándose del verdadero dueño del cumpleaños, que ha comprado torta, bocaditos, bebidas, etc.
¿Por qué una cerveza del prestigio de Budweiser, paga millones de dólares por el privilegio de ser mostrada como la cerveza oficial de un evento?
Tal como lo dice la frase popular: “ningún almuerzo es gratis”, con esto se quiere representar el hecho de que nadie da a algo a cambio de nada. Y Budweiser no es la excepción.
Es el marketing de patrocinio: Budweiser invierte millones de dólares porque quiere que su marca esté presente en la mente de los consumidores cada vez que se relacione con el mundial. Esto ocurre como un fenómeno psicológico, debido a que los consumidores asocian a los patrocinadores de dichos eventos deportivos con el liderazgo que precisamente ostentan los participantes en dicha competencia, con el trabajo en equipo, y la búsqueda de excelencia, así como del juego limpio y la amistad.
De acuerdo, las personas tienen la libertad de vestir como mejor les plazca.
Sin embargo, esta premisa cambia cuando se trata de asistir a eventos organizados por instituciones que ya han establecido las condiciones del juego y en donde aparece la figura de los patrocinadores, quienes hacen grandes esfuerzos promocionales en términos de oportunidad de marketing en el evento deportivo. Es decir, invierten fuertes cantidades de dinero en la planeación de campañas promocionales, en donde se espera que el mensaje promocional alcance grandes volúmenes de espectadores, con lo cual la difusión y posicionamiento del producto es asegurado, igual que la eficacia de la publicidad.
Lo que no es justo entonces, es que ciertas empresas aprovechen que el evento ya está organizado para colgarse de dicha organización y lucir su marca, sabiendo que no deben hacerlo.
Si hacemos una comparación con una situación de la vida real, es como si se estuviese celebrando el cumpleaños de Juan y, de pronto otra persona, empieza a celebrarle el cumpleaños a su amigo Jaime, pidiendo que todos los asistentes se congreguen alrededor de él para cantarle y ser el centro de atención, sin pedir permiso y olvidándose del verdadero dueño del cumpleaños, que ha comprado torta, bocaditos, bebidas, etc.
¿Por qué una cerveza del prestigio de Budweiser, paga millones de dólares por el privilegio de ser mostrada como la cerveza oficial de un evento?
Tal como lo dice la frase popular: “ningún almuerzo es gratis”, con esto se quiere representar el hecho de que nadie da a algo a cambio de nada. Y Budweiser no es la excepción.
Es el marketing de patrocinio: Budweiser invierte millones de dólares porque quiere que su marca esté presente en la mente de los consumidores cada vez que se relacione con el mundial. Esto ocurre como un fenómeno psicológico, debido a que los consumidores asocian a los patrocinadores de dichos eventos deportivos con el liderazgo que precisamente ostentan los participantes en dicha competencia, con el trabajo en equipo, y la búsqueda de excelencia, así como del juego limpio y la amistad.
En otras palabras, la idea es ondear la bandera de la empresa, con lo cual se le transmite al público consumidor liderazgo y que se está un paso adelante de sus competidores, lo cual a la vez, es gratificante para el personal de la empresa y los distribuidores de la empresa.


